Bateson, 1953, Metalogue

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Gregory Bateson, [1953], Metalogue: About Games and Being Serious *, en: G.B., 2000 [edición original de 1972], Steps to en Ecology of Mind, University of Chicago, Chicago y Londres, pp: 14-20

[* / reimpreso de ETC.: A Review of General General Semantics, Vol.X, 1953 / traducción de trabajo de JPL 2011]

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Metálogo: Sobre juegos y estar en serio

Nota del traductor: Este metálogo publicado en 1953 [diálogo sobre el propio hablar y pensar] entre Gregory Bateson y su hija Mary Catherine Bateson [1939] – en aquella fecha por tanto de 12-14 años de edad -, forma parte de una serie que constituye el capítulo preliminar de Steps to an Ecology of Mind, en la que Bateson introduce algunos de los principales temas de su pensamientoa la manera socrática...]

Nota 02: GB repite continuamente, supongo que de ma la expnera intencionada, la expresión “a sort of”; que he traducido por lo general como una “especie de”; o “algo de” ...

Uno

Hija: Daddy [papaíto], ¿son estas conversaciones serias?

Padre: Ciertamente lo son.

H: ¿No son una especie de juego que juegas conmigo?

P: ¡Dios no lo quiera! ... pero sí que son una especie de juego que jugamos juntos.

H: ¡Entonces no son algo serio!

Dos

P: ¿Por qué no me cuentas lo que entiendes por las palabras “serio” y “juego”.

H: Bueno... si estuvieras... no lo se.

P: ¿Si estuviera qué?

H: Quiero decir... las conversaciones son serias para mí, pero sí tú estás solamente jugando un juego...

P: Fijémonos ahora. Miremos qué hay de bueno y qué hay de malo en “jugar” [playing] y en los “juegos” [games]. En primer lugar, no me importa – no demasiado – ganar o perder. Cuando tus preguntas me ponen en un lugar difícil, sin duda, hago un mayor esfuerzo en pensar adecuadamente [straight] y en decir claramente lo que quiero decir. Pero no te engaño [i don't bluff] y no te hago trampas. No hay tentación de hacer trampas.

H: Exactamente eso. No estás en serio. Es un juego. La gente que hace trampas no sabe como jugar. Tratan el juego como si fuera algo serio.

P: Pero es algo serio.

H: No, no lo es – para ti no lo es.

P: ¿Porque ni siquiera quiero hacer trampas?

H: Sí – en parte por eso.

P: ¿Pero tú quieres hacer trampa y engañar todo el tiempo?

H: No – por supuesto que no.

P: Entonces ¿qué?

H: Ay - Daddy – ¡nunca lo entenderás!

P: Me imagino que nunca lo entenderé.

H: Mira, te acabo de ganar una especie de punto en este juego de debate obligándote a admitir que no quieres hacer trampas – y después enlacé esta admisión con la conclusión de que, en consecuencia, para ti las conversaciones tampoco son “serias”. ¿Te hecho una especie de trampas con esto?

P: Sí – una especie.

P: Estoy de acuerdo – creo que sí. Lo siento.

H: Ves Daddy – si hubiera hecho trampas o hubiera querido hacer trampas, esto habría significado que no estaba en serio sobre las cosas de las que estamos hablando. Significaría que sólo estaba jugando contigo.

P: Sí, tiene sentido.

Tres

H: Pero no tiene sentido, Daddy. Es un lío [muddle] espantoso.

P: Sí - un lío – y aún así tiene una especie de sentido [a sort of sense].

H: ¿Cómo, Daddy?

Cuatro

P: Espera un momento. Esto es difícil de decir. Primero – creo que llegamos a algún sitio con estas conversaciones. Las disfruto mucho y creo que tú también. Pero también, además, creo que ordenamos algunas ideas [get some ideas straight] y creo que los líos ayudan. Quiero decir – que si los dos hablamos lógicamente todo el tiempo, nunca llegaríamos a ninguna parte. Sólo repetiríamos como loros los viejos clichés que todo el mundo ha repetido durante cientos de años.

H: ¿Qué es un cliché, Daddy?

P: ¿Un cliché? Es una palabra francesa, y creo que era originariamente una palabra de impresores. Cuando imprimen [imprimían - antes de los sistemas digitales] una palabra tiene que coger las letras separadas y ponerlas de una en una en una especie de caja para deletrear la frase. Pero para palabras que la gente usa con frecuencia, los impresores guardan pequeñas cajas con letras ya compuestas. Y éstas frases ya hechas se llaman clichés.

H: Pera ya se me ha olvidado lo que estabas diciendo sobre los clichés, Daddy.

P: Sí – era sobre los líos en que nos metemos en estas conversaciones y como meternos en líos tiene una especie de sentido. Si no nos metiéramos en lío sería como jugar al rummy [1] sin antes barajar las cartas.

H: Sí, Daddy – pero que pasa con aquellas cosas – las cajas preparadas con las letras.

P: ¿Los clichés? Sí – es lo mismo. Todo tenemos un montón de frases e ideas ya hechas, y el impresor tiene cajas de letras preparadas, distribuidas en frases. Pero si el impresor quiere imprimir algo nuevo – digamos, algo en un nuevo lenguaje, tendrá que separar todas esas viejas composiciones de las letras. De la misma manera, para pensar nuevo pensamientos, tenemos que descomponer todas nuestras viejas ideas hechas y barajar las piezas.

H: Pero Daddy, ¿el impresor no barajaría todas las letras? ¿No crees? No las metería todas mezcladas en una bolsa. Las de pondría de una en una en su lugar – todas las as en una caja y todas las bes en otra, y todas la comas en otra, etcétera.

P: Sí, tienes razón. Si no, se volvería loco buscando una a cuando la quisiera.

Cinco

P: ¿Qué estás pensando?

H: No – solamente es que hay tantas preguntas.

P: ¿Por ejemplo?

H: Bueno, veo lo que quieres decir sobre lo de meternos en líos. Que eso nos hace decir cosas nuevas. Pero estoy pensando sobre el impresor. Tiene que mantener ordenadas todas sus letras aunque descomponga todas sus frases hechas. Y me estoy preguntando sobre nuestros líos. ¿Tenemos que guardar los pequeños pedazos de nuestro pensamiento en algún tipo de orden – para evitar volvernos locos?

P: Pienso que sí – sí – pero no se qué tipo de orden. Esta sería una pregunta muy difícil de contestar. No creo que podamos conseguir hoy una respuesta a esta pregunta.

Seis

P: Dijiste que había “tantas preguntas”. ¿Tienes alguna otra?

H: Sí – sobre los juegos y estar en serio. Con eso es con lo que empezamos, y no se como o por qué nos llevó a hablar sobre nuestros líos. La manera en que confundes todo – es una manera de hacer trampas.

P: No, seguro que no.

Siete

P: Planteaste dos preguntas. Y realmente hay muchas más... Empezamos con la pregunta sobre estas conversaciones – ¿Son serias? ¿O son una especie de juego? Y te dolió que pudiera estar jugando mientras que tú estabas en serio. Parece que una conversación es un juego si una persona participa en ella con ciertas emociones – pero no es un “juego” si sus ideas o emociones son diferentes.

H: Sí, parece como si tus ideas sobre la conversación son diferentes de las mías...

P: Si lo dos dos tuviéramos la misma idea de juego, ¿estaría bien?

H: Sí, por supuesto.

P: Entonces, parece que depende de mí el aclarar lo que entiendo por mi idea de juego. Se que estoy en serio – signifique esto lo que signifique – sobre las cosas de que hablamos. Hablamos sobre ideas. Y se que juego con las ideas para entenderlas y hacerlas encajar entre sí. Es “juego” en el mismo sentido en que un niño pequeño “juega” con bloques de construcción [building blocks]... Y un niño con bloques de construcción está muy en serio en relación con su “juego”.

H: Pero, ¿es un juego, Daddy? ¿Estás jugando en contra mía?

P: No, - pienso que es como si estuviéramos jugando los dos juntos en contra de los bloques de construcción – las ideas. Algunas veces compitiendo un poco – pero compitiendo para ver quién es el primero que coloca la siguiente idea en su sitio. Y algunas veces atacamos la parte de construcción del otro, o yo intento defender de tus críticas las ideas que he construido. Pero siempre al final estamos trabajando juntos para construir las ideas de forma que se puedan mantener en pie.

Ocho

H: Daddy, ¿tienen reglas [rules] nuestras conversaciones? La diferencia entre un juego [game] y simplemente jugar [just playing], es que un juego tiene reglas.

P: Sí. Déjame que piense sobre eso. Creo que tenemos una especie de reglas... y pienso que un niño jugando con bloques tiene reglas. Los propios bloques constituyen una especie de reglas. Se equilibrarán en una cierta posición y no equilibrarán en otras posiciones. Y sería una especie de hacer trampas si el niño usara pegamento para hacer que los bloques se mantuvieran en una posición en la que de otra forma no se sostendrían.

H: ¿Pero cuáles son las reglas que tenemos?P: Bueno, las ideas con las que jugamos conllevan una especie de reglas. Hay reglas sobre como las ideas se sostendrán y soportarán unas a otras. Y si no están correctamente compuestas [put together] todo el edificio se desploma.

H: ¿Sin pegamento, Daddy?

P: Sí, - sin pegamento. Sólo lógica.

Nueve

H: Pero dijiste que si siempre habláramos lógicamente y no nos metiéramos en líos, nunca podríamos decir nada nuevo. Sólo podríamos decir cosas ya dichas [ready-made things]. ¿Cómo llamaste a estas cosas?

P: Clichés. Sí. El pegamento es lo que une los clichés.

H: Pero dijiste lógica, Daddy.

P: Sí, lo se. Estamos otra vez en un lío. Sólo que no veo ninguna salida de este lío en particular.

Diez

H: ¿Cómo nos metimos en este lío Daddy?

P: Bien, veamos si podemos trazar nuestros pasos. Estábamos hablando de las “reglas" de estas conversaciones. Y dije que las ideas con las que jugamos tienen reglas de lógica...

H: ¡Daddy! ¿No sería una buena cosa si tuviéramos unas pocas reglas más y las obedeciéramos con más cuidado? Entonces no nos meteríamos en estos líos tan espantosos.

P: Sí. Pero espera. Quieres decir que nos meto en estos líos espantosos porque me salto una reglas que no tenemos. Entonces podríamos tener reglas que evitasen que nos metiéramos en líos – en tanto que las obedeciéramos.

H: Sí, Daddy, para eso son las reglas de los juegos.

P: Sí, ¿pero quieres convertir estas conversaciones en ese tipo de juego? Para eso jugaría a la canasta – que también es divertido.

H: Sí, tienes razón. Podemos jugar a la canasta cuando queramos. Pero de momento, preferiría jugar a este juego. Sólo que no se que clase de juego es. Ni tampoco que clase de reglas tiene.

P: Y sin embargo ya llevamos jugándolo un tiempo.

H: Sí. Y es divertido.

P: Sí.

Once

P: Volvamos a la pregunta que preguntaste y que dije que sería demasiado difícil de contestar hoy. Estábamos hablando del impresor descomponiendo sus clichés, y dijiste que sin embargo tendría que mantener algún tipo de orden entre sus letras – para evitar volverse loco [getting mad]. Y después preguntaste “¿A qué tipo de orden nos deberíamos ajustar para que cuando nos metamos en un lío no nos volvamos locos?” Me parece que las “reglas” del juego son sólo otro nombre para este tipo de orden.

H: Sí – y hacer trampas es lo que nos mete en estos líos.

P: En cierto sentido sí. Tienes razón. Excepto que todo el sentido del juego es que nos metamos en líos, y que salgamos de ellos, y si no hubiera líos nuestro “juego” sería como la canasta o el ajedrez – y no es eso lo que queremos.

H: ¿Eres tú el que hace las reglas, Daddy? ¿Es eso justo?

P: Eso, hija, es una broma fea. Y probablemente injusta. Pero lo aceptaré. Sí, soy yo el que hace las reglas – después de todo, quiero que nos volvamos locos [go mad].

H: De acuerdo. Pero, Daddy, ¿también cambias las reglas? ¿Algunas veces?

P: Hmm, otra broma fea. Sí, hija, las cambio constantemente. No todas las reglas, pero sí algunas.

H: ¡Me gustaría que me avisaras cuando las vayas a cambiar!

P: Hmm – sí – la próxima vez. Me gustaría poder hacerlo. Pero no es así. Si fuera como en el ajedrez o la canasta, te podría contar las reglas, y podríamos, si quisiéramos, parar de jugar y discutir las reglas. Y entonces podríamos empezar un nuevo juego con las nuevas reglas. ¿Pero qué reglas nos mantendrían entre los dos juegos? ¿Mientras estuviéramos discutiendo las reglas?

H: No lo entiendo.

P: Sí. El asunto es que el propósito de estas conversaciones es descubrir las “reglas”. Es como la vida – un juego cuyo propósito es descubrir las reglas, reglas que están siempre cambiando y que no pueden ser descubiertas.

H: Pero yo no llamo a eso un juego, Daddy.

P: Quizás no. Yo lo llamaría un juego, y en cualquier caso “jugar”. Pero sin duda no es como el ajedrez o la canasta. Es más como lo que hacen los cachorritos de gato o de perro. Quizás. No lo se.

Doce

H: Daddy, ¿por qué juegan los cachorritos?

P: No lo se – no lo se.

Notas

[1] Juego de cartas, que puede compararse con el póker. Ver: http://rummy.com/rummyrules.html

Original en inglés, en: http://www6.ufrgs.br/horizon/files/teoria2/bateson.pdf [pp: 30-34 del pdf]